Pablo Picasso                                      



Picasso y Jacqueline Roque.

El humo salvador


El nacimiento del genio malagueño estuvo envuelto de dramatismo, según relata Norman Mailer en el libro biográfico del pintor “Picasso: retrato del artista joven”:




Un error, dramático y casi fatal, señaló el nacimiento de Pablo Picasso. La partera, creyéndolo muerto, lo abandonó sobre una mesa; pero su tío, un médico que fumaba puros, lo revivió con una ráfaga del aire necesario (aunque lleno de humo) en sus pulmones.





El alto coste de la higiene



Pablo Picasso se encontraba descansando en una playa del sur de Francia cuando se le acercó un niño con un papel y éste le pidió un dibujo dedicado.


El pintor rápidamente se percató que el pequeño había sido enviado sibilinamente por sus padres con el fin de conseguir una obra suya gratis.


Picasso se deshizo del papel y pintó el autógrafo en la espalda del crío.


Días más tarde, en una reunión entre amigos relató lo sucedido y comentó entre risas:



-Me gustaría saber si lo han vuelto a lavar...




El oficial nazi y el Guernica



Picasso trabajando en el Guernica.

En 1940, con París ocupada por los nazis, un oficial alemán que contemplaba una foto del Guernica, le preguntó a Picasso si era él el que había hecho eso.


La respuesta del pintor fue:



-No, han sido ustedes.











Un lujo caro



Picasso y Dalí.

Al famoso pintor malagueño le encantaba recibir visitas en su casa del sur de Francia, y todas se sorprendían por lo mismo, ya que no tenía colgado ni un solo cuadro suyo.


 -¿Acaso no te gustan tus pinturas?- le preguntaron.



-Me encantan- respondió Picasso -El problema es que… Verás, no puedo permitírmelas.







Salvador Dalí                                             



Genialidad y arrogancia


En cierta ocasión se le acercó a Salvador Dalí la actriz francesa Madeleine Renaud. Se encontraba entusiasmada y le dijo al pintor:


-Quiero que sepa que le admiro muchísimo y que no hay duda de que es usted un genio.


Dalí la miró, sonrió y se limitó a contestarle:



-Pienso como usted, señorita.




Millones y telarañas en los bolsillos


Dalí proclamaba que, para él, el valor del dinero era únicamente simbólico y místico. No sabía a cuanto ascendían sus cuentas bancarias y rara vez llevaba dinero en efectivo, todos sus gastos eran cargados a su cuenta.


En una ocasión, Dalí y Aristóteles Onassis tomaron un taxi en la ciudad de Nueva York. Al llegar a su destino debían pagar al taxista pero Onassis, al igual que Dalí, nunca cargaba dinero en efectivo consigo por lo cual tuvieron que regresar al hotel donde Dalí se hospedaba para que la administración del hotel les pagara el taxi.


Según Óscar Tusquets; en el taxi, Salvador Dalí, iba acompañado por Paul Getty o por algún miembro de la familia Rockefeller en lugar de Onassis.



El aire de Las Meninas



Dalí y Jean Cocteau habían ido a visitar el Museo del Prado. La visita de estos dos personajes concluyó en una rueda de prensa donde le preguntaron a Jean Cocteau: «Si se hubiera quemado el Museo del Prado, ¿qué hubiera salvado usted?». A lo cual Cocteau respondió: « ¡El fuego!». Entonces la pregunta fue repetida a Dalí. Después de fingir reflexionarlo un momento, el pintor catalán respondió eufóricamente: « ¡Pues Dalí salvaría el aire, y específicamente el aire contenido en Las Meninas, de Velázquez, que es el aire de mejor calidad que existe!». Ante esta respuesta, Cocteau hizo una reverencia en reconocimiento a la genialidad de Dalí.


Óscar Tusquets cuenta esta anécdota sustituyendo a Cocteau por André Malraux.




La expulsión del grupo surrealista



Aunque la mayor parte del surrealismo se había adscrito a ideas políticas de izquierda, Dalí mantenía una posición que se juzgaba ambigua en la cuestión de las relaciones entre arte y activismo político. Los líderes del movimiento, principalmente André Breton, lo acusaron de defender lo «nuevo» e «irracional» del fenómeno hitleriano, acusación que Dalí refutó afirmando que «no soy un hitleriano ni de hecho ni de intención». Dalí insistía en que el surrealismo podía existir en un contexto apolítico, y se negó a denunciar públicamente el régimen fascista alemán. Éste y otros factores le hicieron perder su prestigio entre sus camaradas artistas, y a finales de 1934 Dalí fue sometido a un «juicio surrealista» del cual resultó su expulsión del movimiento. A esto, Dalí respondió con su célebre réplica:


-¡No podéis expulsarme porque Yo soy el Surrealismo!



La deuda de Dalí


Su padre, contrario a su relación con Gala, lo desheredó y le prohibió regresar jamás a Cadaqués. 
Dalí presentó a su padre un preservativo usado conteniendo su propio esperma, con las palabras:


«Toma. ¡Ya no te debo nada!».




Pierre Auguste Renoir                             




Los desnudos


Una vez le preguntaron al genial pintor Pierre Auguste Renoir como conseguía darle un tinte tan delicado y sugerente a sus desnudos, el pintor contestó:



-Yo no hago más que pintar, pintar y seguir pintando, hasta que tengo ganas de pellizcar. Entonces sé que ya está bien.



Las modas



En cierta ocasión le preguntaron a Renoir cuál era la moda, en vestidos de mujer, que más le había gustado pintar:

-La única moda que no pasa de moda- respondió

-¿Y cuál es esa moda?

-El desnudo.